sábado, 17 de noviembre de 2012


JUSTIFICACIÓN

El interés de los niño/as más pequeños por el teatro aumenta
considerablemente día a día, por lo cual quedó atrás la idea de que el teatro es cosa de adultos.
El público infantil, espectador y actor, de obras teatrales crece y se muestra fascinado
por esta actividad lúdica y educativa dando lugar a que el teatro, además del juego, se
convierta en una de las herramientas más potentes en los procesos de
enseñanza/aprendizaje. Y es que el lenguaje, los guiones, el decorado, la música, la
iluminación y los vestuarios consiguen trasmitir sentimientos y valores que engancha a
la población infantil.

Es por ello, que los docentes debemos introducir esta actividad es nuestras clases y
usarla como un instrumento de trabajo o una materia más; facilitando el aprendizaje de
los niños/as y respondiendo, a la vez, a sus gustos, intereses y necesidades.

El teatro ayuda a los niño/as en la mejora del lenguaje, de la compresión y
especialmente de la expresión. Amplían su vocabulario; mejora la pronunciación,
entonación y vocalización; permite conocer su voz aguda, grave, fuerte y débil.
Impulsa a los niños/as más tímidos a ir perdiendo poco a poco ese miedo a
relacionarse con los demás o a hablar en público y a aceptarse a sí mismo, por lo
tanto se está propiciando a una buena socialización, autoestima y autonomía personal.
Y no solo eso sino que también enfatiza la cooperación y el trabajo en equipo y les
hace sentir que forman parte de un grupo de iguales.

Potencia el desarrollo psicomotor y el movimiento espacial, es decir, la lateralidad y el
desenvolvimiento con confianza y seguridad en el medio.
Toda representación teatral da lugar a que los niños/as sean críticos consigo mismos y
los demás, a que se sientan libres, a conocer el mundo que les rodea (con cada valor
o tema que se trata en la representación); y por tanto a conocer las manifestaciones y
los valores de la cultura de su sociedad e interiorizarlos poco a poco configurando, de
esta manera, su moral y personalidad.